«Las hojas muertas se recogen con una pala», decía el poeta, que, claramente, no cuidaba un jardín a menudo. Con esta herramienta, es misión imposible. Con un rastrillo, es un poco mejor, pero con la llegada de los sopladores, la faena ya es pan comido.
El follaje colorado del otoño nos encanta, pero pronto habrá que recoger las hojas. Aunque soplar las hojas secas sigue siendo la función principal de los sopladores, también son muy útiles para trabajos de limpieza.
Los modelos varían mucho, sobre todo en potencia, pero todos se basan en el mismo principio: un ventilador expulsa aire por una manga y un simple interruptor permite transformar el artefacto en aspirador para los mismos usos.
¿Cómo elegir un soplador?
Existen tres tipos de sopladores acuerdo con las características de su terreno o uso:
Son los más potentes, reservados al uso frecuente y a las grandes superficies. Poseen un motor térmico de gasolina cuya capacidad valdría entre 18 y 68cm3. El uso de gasolina pura puede dañar el motor, por lo que se sugiere usar una mezcla de gasolina y aceite. Un motor de 18cm3 produce un soplo de 185km/h mientras que uno de 48cm3 provoca una corriente a más de 300km/h. Estos modelos se encuentran de tres formas según la potencia, portátiles o con ruedas.
- Eléctricos
Se aconsejan para los pequeños trabajos de limpieza, pequeños jardines o intervenciones ocasionales. Sus principales ventajas son que su funcionamiento es autónomo, ya que no requiere ninguna mezcla con base de gasolina y son menos potentes pero más ligeros.
La principal ventaja es que funcionan con batería, por lo que se evita tener un cable colgando detrás de sí y estar cerca de una toma eléctrica, a diferencia del anterior. Sin embargo, su autonomía se puede revelar insuficiente si se usa a plena potencia.
En nuestra tienda online te ofrecemos los siguientes sopladores.
