Mantener una tijera de podar es una intervención obligatoria para todo jardinero que se precie. De la calidad de este mantenimiento depende la calidad del trabajo realizado. Las lamas bien afiladas y una articulación correcta y bien engrasada aseguran podas rápidas y adecuadas, que no dañan los vegetales. Además, se hacen sin esfuerzo, lo que limita el cansancio y evita las tendinitis que suelen acompañar a los trabajos de poda. Antes de saber los cuidados, primero debemos saber los dos tipos de podadera que hay:
- La podadera de paso
Se le llama también «podadera de hojas cruzadas» y funciona como unas cizallas o unas tijeras, con dos hojas que se deslizan una sobre otra. Sólo corta una de ellas (hoja), y la otra (contrahoja) sostiene la ramita que se corta. Está pensada para cortar madera tierna, en especial para podar arbustos y árboles frutales y de ornamento.
- La podadora de golpe
De aparición más reciente (se denomina también «podadera amnericana»), tiene una hoja rectilínea que se apoya sobre una superficie metálica plana -el yunque-. Está concebida especialmente para labores de limpieza y corte de madera muerta.
Partes de una podadera
- Hojas: A menudo son de acero muy duro, templado, lo que significa que no pueden volver a afilarse. Tienen la ventaja de la resistencia y la durabilidad, pero cuando acaban mellándose hay que sustituirlas -al menos la hoja cortante-, y no la contrahoja. Las podaderas provistas de este tipo de hojas tienen teóricamente «hojas intercambiables». Aún hay modelos de hojas reafilables (ya veces también intercambiables), y algunos profesionales que las usan de forma intensiva las prefieren.
- Empuñaduras: Todas son «ergonómicas», pero también muy distintas en el perfil y la longitud. De forma general las empuñaduras cóncavas (abombadas hacia el exterior) proporcionan más fuerza en los cortes potentes y rápidos, mientras que las empuñaduras convexas proporcionan mejor sujeción y mayor precisión. Pero cada mano tiene su propia morfología y, por tanto, conviene probar las podaderas y manejadas, hasta encontrar la que más convenga.
- Inclinación de la cabeza de corte a 30º: Esta particularidad tiende a generalizarse, pues permite cortar en una posición de la mano más natural, que fuerza menos los tendones.
- Cortaalambres: Lo tienen algunos modelos de alta gama. Es un accesorio prescindible, pero tentación de cortar alambres con las hojas cortantes.
- Muelle: A menudo está a la vista -normalmente es de acero inoxidable y de voluta-, pero también puede ir dentro del cuerpo de la herramienta, lo que no tiene mucha incidencia en el corte.
- Cierre: Actualmente es un botón que se aprieta fácilmente con el pulgar, sistema que resulta más práctico. El antiguo cierre de gancho, situado en el extremo de las hojas, sólo se encuentra en los modelos básicos.
Ahora que ya sabemos las partes de una podadora, debemos saber cómo cuidarla.
Cuidados indispensables
- Limpiar las lamas
Después de cada uso, todos los restos de savia y deshechos vegetales deben eliminarse con un trapo impregnado en alcohol de quemar. Puede sustituirse por un limpiador específico a pulverizar sobre las lamas. Después de dejarlo actuar unos minutos, la savia y otros restos se eliminan con un papel absorbente o con un paño. El resorte también se debe limpiar.
- Ajuste las lamas
Una tijera de podar siempre debe abrirse instantáneamente al quitar el cierre de seguridad, pero la lama y la contra lama no deben, sin embargo, estar demasiado flojas ya que no cortarían bien. El perno del eje se aprieta o afloja con una llave adaptada para aumentar o reducir la fricción.
- Engrasar la articulación
Para que la tijera de podar se abra sin problemas, el eje no debe presentar ficción. Algunas gotas de aceite mineral o un poco de lubricante a base de silicona se suelen poner al nivel del eje. Facilitando el movimiento de las lamas, será la empuñadura la que se alivie durante el trabajo de poda. La tijera de podar debe abrirse sola cuando se quite el cierre de seguridad.
- Cuidar el filo
Un filo cortante perfecto, asegura un corte limpio y sin esfuerzo, Para obtenerlo, utilice una piedra de afilar de grano fino, natural o artificial, o un afilador. La piedra se puede usar con agua o con aceite para facilitar la operación hacer el segundo trabajo en seco. En las tijeras de podar de yunque, la lama es rectilínea. El filo tiene un perfil parecido al de un cuchillo. Esto implica un afilado de las dos caras de la lama, respetando ángulo de cada una de ellas. Antes de guardar la tijera de podar, frote las lamas con un trapo impregnado en aceite para protegerlas del óxido. Guárdelas cerrada para evitar choques entre las hojas.
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