Los arbustos entendidos en el sentido estricto del término requieren una buena eficacia estética y funcional, un frecuente y cuidadoso mantenimiento que incluye operaciones particulares de corte.
El corte puede efectuarse mediante dos técnicas:
- El despunte
Los despuntes se efectúan durante la actividad vegetativa y su función es la de eliminar el crecimiento, es decir, cortar el extremo de las ramitas periféricas para contener su alargamiento y estimular el cambio de brotes laterales para favorecer una mayor espesura.
Para mantener niveladas las superficies de los arbustos con cortar al mismo tiempo amplias zonas, utilizando las herramientas manuales o eléctricas para este fin.
Si lo que se desea es mantener invariable el espesor, se elimina totalmente el crecimiento, mientras que si se quiere conseguir un efecto contrario se dejan en cada despunte un par de centímetros.
La frecuencia de los despuntes depende de la capacidad de rebrotar de cada especie y de las condiciones ambientales en las que se encuentra. Como norma general se aconseja intervenir cada vez que los nuevos brotes superen en 10cm la línea preestablecida.
- La poda
La poda resulta necesaria para redimensionar las plantas, para eliminar las ramas dañadas y para dejar que penetre el aire y sol dentro del arbusto.
Mientras el despunte no respeta las reglas generales, la poda debe llevarse a cabo con la técnica apropiada. Recordando siempre los distintos efectos, estimulantes o deprimentes, según la estación en que se realiza.
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