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Prevenir los daños de la polución

La polución está muy presente alrededor de las plantas, en el aire, el agua y la tierra. Si bien se habla de polución en general, existen muchos tipos, según su naturaleza y la fuente que las produce. Vale la pena concienciarse y esforzarse para mejorar el medio ambiente para el bien de todos.

La polución y sus efectos

En el aire, la polución proviene sobre todo de los gases de los tubos de escape de los coches pero también de los humos de la calefacción. Los agentes contaminantes constituidos por gases tóxicos, como el gas carbónico, el ozono y el dióxido de azufre contienen numerosas partículas fruto de una combustión incompleta, que se dispersas por el aire.

En las plantas, este tipo de polución ataca a las hojas provocando pequeñas necrosis. Las partículas negras acaban obstruyendo los poros de la hoja por completo. En cambio, el gas carbónico actúa como una droga ya que normalmente ese elemento, que aportan al aire, limita su crecimiento.

En el suelo, los metales pesados se acumulan a favor de la circulación automóvil mientras que la lluvia aporta grandes cantidades de hidrocarburos a los caminos. Los metales pesados perturban el funcionamiento normal de las raíces. Los hidrocarburos ahogan las raíces y las envenenan.

En el agua, el principal contaminante es el nitrato y los restos de pesticidas. Se observa, en los lugares más contaminados la presencia de una gran vegetación aunque la fauna esté ausente por completo.

Plantar bien contra la polución

Ayude a las plantas a instalar-se, añadiendo bastante compost y trabajando el suelo en profundidad. Es mejor plantar al descubierto que junto a un muro: la lluvia juega un papel muy importante para las hojas. Las plantas que brotan en un aire contaminado deben arreglárselas solas si son resistentes. Sin embargo, hay algunas cosas que las ayudarán a enfrentarse mejor al problema, sobre todo al principio.

Pode las perennes a final de invierno, jamás en verano. Las hojas jóvenes, indemnes de polución, son indispensables para la supervivencia del arbusto. En cambio, la poda favorece la formación de ramas jóvenes y devuelve el vigor a un árbol cubierto de polvo.

Pulverice regularmente el follaje con agua ligeramente jabonosa. Humedézcalas con unas gotitas lo más finas posible, durante un mes, un cuarto de hora cada una. Esta operación desatasca los poros de la hoja.

Aporte compost al pie de la planta: un suelo con buena salud garantiza una depuración eficaz del aire.

Combata la contaminación acústica

El ruido es una molestia que se manifiesta de 3 formas: de manera difusa (cercanía de una autopista); directa (sin distancia entre la fuente sonora y usted) o de refleja (el ruido le llega rebotado en la pared). Los vegetales permiten reducir los dos últimos. Un seto bien formado atenúa la contaminación acústica filtrándola. Para atenuar el ruido directo el seto debe ser espeso (1m como mínimo): el efecto aislante depende de ello.

 

 

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